ADEMÁS CONSOLIDA SU ESTRUCTURA CON 440 INTENDENTES
Argentina
El nuevo frente político impulsado por cinco gobernadores del interior suma el respaldo público de
intendentes y comisionados de Córdoba, Santa Cruz, Santa Fe, Chubut y Jujuy. Con fuerte anclaje territorial,
busca disputar representación legislativa nacional con eje en el desarrollo productivo, el federalismo fiscal y la equidad en la distribución de recursos.
Claudio Vidal, figura clave en la articulación federal
Lanzado formalmente la semana pasada en la Casa de Chubut en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el frente Un Grito Federal articula los liderazgos de Claudio Vidal (Santa Cruz), Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut) y Carlos Sadir (Jujuy).
Entre ellos, Vidal se posiciona como una de las figuras centrales de la construcción territorial y la expansión patagónica del espacio, aportando una base sólida de intendentes, estructura sindical y gestión provincial.
El espacio también cuenta con la participación estratégica del exgobernador Juan Schiaretti, quien ofició como articulador político y referencia federal desde el primer momento.
La alianza se propone como una tercera vía ante la polarización entre el oficialismo nacional y La Libertad Avanza,
con una narrativa que rechaza tanto el “centralismo fiscal” como los extremos ideológicos. En pocas semanas, ha logrado reunir el respaldo público de más de 440 intendentes, jefes comunales y comisionados, configurando una red transversal con fuerte impronta local.
El respaldo del interior santacruceño
En Santa Cruz, la articulación de Claudio Vidal ha sido especialmente efectiva. Intendentes de distintas localidades ya manifestaron su adhesión a Grito Federal, consolidando el entramado territorial del espacio en la Patagonia. Entre ellos, se destacan:
- Pablo Anabalón (Pico Truncado)
- Analías Farras (Comandante Luis Piedra Buena)
- Gardenia Acuña (Puerto Santa Cruz)
- Juan Manuel Borquez (Puerto Santa Cruz)
- Pablo Carrizo (Caleta Olivia)
- Zuma Neira (Los Antiguos)
Este bloque de jefes comunales respalda la línea de acción impulsada por Vidal desde la gobernación: mayor autonomía para las provincias, defensa del trabajo local y redistribución equitativa de los recursos nacionales.
Una narrativa de unidad, producción y federalismo
Desde el propio bloque de gobernadores, se difundió un documento común:
“Representamos la Argentina del campo, la industria, la minería y la energía, el comercio y los servicios que son los motores del desarrollo argentino. Somos el espacio político que garantiza conocimiento y decisión para llevar adelante el plan productivo que genere trabajo en todo el país”.
Esta narrativa tiene tres ejes centrales:- El federalismo fiscal como principio rector.
- La equidad territorial en la asignación de recursos e infraestructura.
- Una agenda productiva nacional basada en sectores estratégicos.
Declaraciones que cimentan un proyecto
En un mensaje difundido en redes sociales, los intendentes firmantes afirmaron:
“Las ciudades del interior venimos cumpliendo: orden, equilibrio fiscal y compromiso con la gente. Defendemos una Argentina que se desarrolle a partir del trabajo, la producción, la salud, la educación y la inversión federal”.
Y añadieron:
“Con distintos orígenes partidarios, pero con la firme convicción de que la unidad de los argentinos es la salida a esta crisis. El país necesita más voces del interior en el Congreso”.
Entre los firmantes también figuran intendentes de peso como Daniel Passerini (Córdoba), Pablo Javkin (Rosario), Raúl Jorge (San Salvador de Jujuy), Rossana Chahla (Tucumán), Norma Fuentes (Santiago del Estero) y Santiago Barassi (Río Grande), entre otros.
Reacción institucional y antecedentes legislativos
El apoyo de los jefes comunales no es espontáneo ni aislado. El pasado 8 de julio, el Consejo Federal de Intendentes (COFEIN) participó de una reunión clave en la Comisión de Asuntos Municipales de la Cámara de Diputados, presidida por el cordobés Juan Brugge.
Allí se debatieron proyectos sobre Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la distribución del impuesto a los combustibles, dos puntos que constituyen el corazón de la disputa federal por recursos.
Durante ese encuentro, el rosarino Pablo Javkin alertó:
“Hay una gran aspiradora de recursos que financia un superávit a costa de absorber gran parte de los programas que Nación dejó de prestar”.
A su turno, el intendente de Viedma, Marcos Castro, celebró la articulación entre municipios y gobernadores:
“Los gobernadores entendieron que ese planteo de tener un criterio equitativo, ese camino que emprendimos, no era el equivocado. Contar con su apoyo nos motiva y mucho”.
Objetivo inmediato: una bancada legislativa
La construcción del frente apunta ahora a la conformación de una bancada propia en el Congreso Nacional. Con el cierre de alianzas electorales el próximo 7 de agosto y la presentación de listas el 17, Grito Federal buscará disputar en octubre sin depender de sellos nacionales tradicionales como el PJ, la UCR, el PRO o LLA.
Según señalaron fuentes del espacio a La Nación, ya existen conversaciones avanzadas para competir en al menos 17 distritos nacionales, comenzando por sus cinco provincias fundacionales y ampliando con dirigentes aliados en el norte y sur del país.
Desafíos y proyecciones
Si bien el frente cuenta con músculo institucional y respaldo territorial, su mayor desafío será trascender el carácter regional y proyectarse como opción nacional. La falta de presencia en la provincia de Buenos Aires —distrito que concentra el 37 % del padrón— es una debilidad estructural que aún no han logrado subsanar.
Además, necesitarán construir una identidad programática propia que no se agote en la queja por la coparticipación, sino que articule propuestas en seguridad, educación, inversión extranjera, ambiente y matriz energética.
Un Grito Federal encarna una tentativa concreta de reordenar el mapa político argentino desde el interior, desafiando la lógica centralista que ha dominado las últimas décadas. Con una construcción transversal, discursos moderados y fuerte territorialidad, busca capitalizar el hartazgo con las grietas tradicionales.
La pregunta de fondo es si podrá sostener esta cohesión en el tiempo y convertirse en una fuerza parlamentaria con voz propia, o si su irrupción será apenas una respuesta coyuntural a la asfixia presupuestaria. Las elecciones de octubre serán la primera prueba de fuego para un experimento que, por primera vez en muchos años, no nace ni en Recoleta ni en Balcarce 50, sino en Pico Truncado, en Córdoba capital, en Rosario, en Caleta Olivia y en toda una red de intendencias que reclaman protagonismo real.